domingo, 31 de agosto de 2014

El Lápiz  

Cuenta la historia que un niñito miraba al abuelo escribir una carta. En un momento dado, le pregunto:
¿Abuelo, estás escribiendo una historia que nos pasó a los dos? ¿Es, por casualidad, una historia sobre mí? El abuelo dejó de escribir, sonrió y le dijo al nieto: Estoy escribiendo sobre ti, es cierto. Sin embargo, más importante que las palabras, es el lápiz que estoy usando.

Me gustaría que tú fueses como él cuando crezcas. El nieto miró el lápiz intrigado, y no vio nada de especial en él, y preguntó: ¿Qué tiene de particular ese lápiz? El abuelo le respondió: Todo depende del modo en que mires las cosas. Hay en él cinco cualidades que, si consigues mantenerlas, harán siempre de ti una persona en paz con el mundo.


Primera cualidad: Puedes hacer grandes cosas, pero no olvides nunca que existe una mano que guía tus pasos. Esta mano la llamamos Dios, y Él siempre te conducirá en dirección a su voluntad.


Segunda cualidad: De vez en cuando necesitas dejar lo que estás escribiendo y usar el sacapuntas.

Eso hace que el lápiz sufra un poco, pero al final, estará más afilado. Por lo tanto, debes ser capaz de soportar algunos dolores, porque te harán mejor persona.

Tercera cualidad: El lápiz siempre permite que usemos una goma para borrar aquello que está mal.

Entiende que corregir algo que hemos hecho no es necesariamente algo malo, sino algo importante para mantenernos en el camino de la justicia.

Cuarta cualidad: Lo que realmente importa en el lápiz no es la madera ni su forma exterior, sino el grafito que hay dentro. Por lo tanto, cuida siempre de lo que sucede en tu interior.


Quinta cualidad: Siempre deja una marca. De la misma manera, has de saber que todo lo que hagas en la vida, dejará trazos. Por eso intenta ser consciente de cada acción.



Enseñanza.- lo más valioso que poseemos los seres humanos como en el ejemplo del lápiz es nuestro interior por eso cultivemos los buenos hábitos y valores que refuercen nuestra autoestima para convertirnos en una excelente persona.


El Destino

Historia I.- Una vez, un niño entró en la sala de emergencia de un hospital tras haber sido atropellado. El motorizado que lo auxilió, al solicitársele que efectuara el depósito necesario para atender al niño, informó que no poseía en ese momento efectivo o cheque que pudiera dejar en garantía, pero que, si el hospital aceptase, efectuaría el depósito a primera hora de la mañana.

La enfermera, ante la imposibilidad de ordenar que el niño fuera atendido, fue a consultar el caso con uno de los directores del hospital que, justamente esa noche, estaba de guardia. El doctor no dio la orden de atenderlo, hecho que condujo a la muerte de la criatura.
Cuando un rato después, el médico fue llamado para firmar el deceso del niño, descubre que éste era su hijo, quien pudo haberse salvado si hubiese sido atendido...

Historia II .- José, un padre de familia, cierto día, cuando regresaba del trabajo, se encontró con un embotellamiento de tránsito infernal y notó que un señor conducía apresuradamente, contándole el paso a todo el que podía al tratar de abrirse paso entre los vehículos. Cuando se aproximó al carro de José, se le atravesó de una manera tan brusca que por poco ocurre una colisión. En ese momento, José tuvo deseos de insultarlo e impedirle el paso, pero luego pensó:
 ¡El pobre! Está tan nervioso y apurado... ¡Sabrá Dios si tiene un problema serio y necesita llegar cuanto antes a su destino!

Con estos pensamientos, detuvo por completo su auto y lo dejó pasar. Al llegar a casa, José recibió la noticia de que su hijo de tres años había sufrido un grave accidente y había sido llevado al hospital por su esposa. Inmediatamente se dirigió al hospital; al llegar, su esposa corrió a sus brazos y lo tranquilizó diciéndole:

Gracias a Dios todo está bien. El médico llegó justo a tiempo para salvar la vida de nuestro hijo; ya está fuera de peligro.

Aliviado, José pidió hablar con el médico para agradecerle. Cuán grande sería su sorpresa cuando vio que el médico era ese señor nervioso y apurado a quien le había cedido el paso casi una hora antes.
Enseñanza.- La vida está llena de sorpresa y milagros que ocurren a diario.

jueves, 14 de agosto de 2014



Un tipo llamado Jerry

Jerry era el tipo de persona a la cual todos quisiéramos parecernos. Siempre estaba de buen humor y siempre tenía algo positivo que decir. Cuando alguien le preguntaba como le iba, el respondía:

"Excelente, Si pudiera estar mejor, tendría un gemelo".

El era un gerente único porque tenía varias meseras que lo habían seguido de restaurante en restaurante.
La razón por la que las meseras seguían a Jerry era por su actitud. Era un motivador natural: Si un empleado tenía un mal día, Jerry estaba ahí para decirle al empleado como ver el lado positivo de la situación.

Ver este estilo realmente me causó curiosidad, así que un día fui a buscar a Jerry y le pregunté: No lo entiendo... no es posible ser una persona positiva todo el tiempo... como lo haces...?

Jerry respondió: cada mañana me despierto y me digo a mi mismo: Jerry, tienes dos opciones hoy: Puedes escoger estar de buen humor o puedes escoger estar de mal humor. Escojo lo primero… estar de buen humor. Cada vez que sucede algo malo, puedo escoger entre ser una víctima o aprender de ello. Escojo aprender de ello.

Cada vez que alguien viene a mi para quejarse, puedo aceptar su queja o puedo señalarle el lado positivo de la vida. Exacto…Escojo el lado positivo de la vida. "Si... claro... pero no es tan fácil" protesté. "Si lo es" dijo Jerry. "Todo en la vida es acerca de elecciones. Cuando quitas todo lo demás, cada situación es una elección. Tú eliges como reaccionas a cada situación. Tú eliges como la gente afectará tu estado de ánimo. Tú eliges estar de buen humor o mal humor. En resumen:"TU ELIGES COMO VIVIR LA VIDA".

Reflexioné en lo que Jerry me dijo. Poco tiempo después, dejé la industria del restaurante para iniciar mi propio negocio. Perdimos contacto, pero con frecuencia pensaba en Jerry cuando tenía que hacer una elección en la vida en vez de reaccionar a ella.

Varios años mas tarde, me enteré que Jerry hizo algo que nunca debe hacerse en un negocio de restaurante. Dejó la puerta de atrás abierta una mañana y fue asaltado por 3 ladrones armados. Mientras trataba de abrir la caja fuerte, su mano temblando por el nerviosismo, resbaló de la combinación. Los asaltantes sintieron pánico y le dispararon.

Con mucha suerte, Jerry fue encontrado relativamente pronto y llevado de emergencia a una clínica. Después de 18hs. de cirugía y semanas de terapia intensiva, Jerry fue dado de alta aun con fragmentos de bala en su cuerpo.

Me encontré con Jerry seis meses después del accidente y cuando le pregunté como estaba, me respondió:

"Excelente, Si pudiera estar mejor, tendría un gemelo".

Le pregunté que pasó por su mente en el momento del asalto. Contestó: "Lo primero que vino a mi mente fue que debí haber cerrado con llave la puerta de atrás. Cuando estaba tirado en el piso recordé que tenía 2 opciones: podía elegir vivir o podía elegir morir. Elegí vivir".

¿No sentiste miedo?, le pregunté. Jerry continuó: "Los médicos fueron geniales. No dejaban de decirme que iba a estar bien. Pero cuando me llevaron al quirófano y vi. Las expresiones en las caras de médicos y enfermeras, realmente me asusté... podía leer en sus ojos: Es hombre muerto. Supe entonces que debía tomar acción... ¿Qué hiciste? pregunté.

Bueno... uno de los médicos me preguntó si era alérgico a algo y respirando profundo grité SI, a las balas...

Mientras reían les dije: "Estoy escogiendo vivir... opérenme como si estuviera vivo, no muerto".

Jerry vivió por la maestría de los médicos pero sobre todo por su asombrosa actitud.

Enseñanza.- Este historia es un claro ejemplo, Partiendo de la base de que podemos elegir nuestros pensamientos y que nuestros pensamientos van a decidir cómo nos sentimos y por ende cómo reaccionamos, podemos controlar esa actitud con la que podemos elegir los acontecimientos que ocurren en nuestra vida.

lunes, 4 de agosto de 2014





Todos los niños necesitan un Padre

Carlos escribió hace algunos años una carta en la que me contaba ciertas experiencias que había vivido cuando era un jovencito. Desde niño hasta mi adolescencia, fui una persona muy rebelde. No obstante, cuando mi padre empezó a pasar más tiempo conmigo, experimenté una impresionante transformación.

Mi padre se iba a trabajar al medio día y regresaba por la noche muy tarde. Cuando yo me levantaba él estaba durmiendo, y cuando yo llegaba del colegio, él ya se había ido a trabajar. Casi nunca lo veía, a excepción de unas pocas horas los fines de semana.

En aquellos años me metí en muchos problemas. Robaba dinero para mis caprichos y en el colegio me iba muy mal. A los catorce años me detuvieron por robar en un comercio y me enviaron a un correccional. La primera reacción de mi padre fue de enfado, pero después se dio cuenta de que la culpa había sido suya por no haber desempeñado mejor su papel de padre.

Cambió de trabajo para poder pasar más tiempo conmigo, de manera que cuando llegaba del colegio, él ya estaba en casa. Pasábamos mucho tiempo junto, empezó a interesarse por mi rendimiento escolar, a ayudarme con mis tareas y en lugar de irse a pasar el tiempo en algún salón de billar, o al fulbito con sus amigos, me llevaba a un centro recreativo donde practicábamos varios tipos de deportes.

Mi vida cambió gracias a que mi padre me expresó su amor y comprensión. En el colegio mis notas mejoraron tanto que llegué a estar en el cuadro de honor. Hice nuevos amigos, chicos estudiosos y respetuosos que no se metían en líos.

Ahora me doy cuenta que aunque exteriormente me mostraba duro, interiormente necesitaba y anhelaba amor, atención y compañía. La clave, fue el amor que mi padre supo expresarme, pasando tiempo conmigo.

Todos los niños necesitan un padre o al menos una figura paternal de alguien que les transmite admiración, cariño, ternura, valor, alguien que tiene fe en ellos, que disfruta de su compañía y que tienes ganas de estar con ellos. En realidad todos necesitamos ser comprendidos, tener a alguien que se pongan en nuestro lugar, que se interese por nosotros cuando nos sentimos decepcionados, que nos sostenga cuando perdemos la esperanza y que esté a nuestro lado para celebrar las alegrías y los logros alcanzados.

¿Reciben tus hijos ese amor? Muchas veces quizás no sepas que hacer con ellos, porque todo lo que digas les entrará por un oído y les sale por el otro. Puedes aconsejarles de mil maneras y decirles las consecuencias que pueden tener por llevar una vida desordenada. Puedes decirles todo lo que quieras, que por bueno y acertado que sea, si tus palabras no están revestidas de amor, paciencia, afecto, ternura y cariño, de nada servirán.

Enseñanza.- No se trata de decir lo correcto, sino de ser correctos... no se trata de explicar, sino de vivir... no se trata de enseñar o informar, sino de lo que les transmitimos a través de nuestras actitudes, reacciones, conducta... que es en definitiva lo que ellos captan a pesar de nuestras palabras.