miércoles, 31 de diciembre de 2014


¡¡Feliz año nuevo 2015!!

Señor, dueño del tiempo y de la eternidad, tuyo es el hoy y el mañana, el pasado y el futuro.
Al terminar este año quiero darte gracias por todo aquello que recibí de Ti.

Gracias por la vida y el amor, por las flores, el aire y el sol, por la alegría y el dolor, por cuanto fue posible y por lo que no pudo ser.

Te agradezco por todo cuanto hice en este año, el trabajo que pude realizar y las cosas que pasaron por mis manos y lo que con ellas pude construir.

Te presento a las personas que a lo largo de estos meses amé, las amistades nuevas y mis amigos de siempre, los más cercanos a mí y los que están más lejos, los que me dieron su mano y aquellos a los que pude ayudar, con los que compartí la vida, el trabajo, el dolor y la alegría.

Pero, Señor, hoy también quiero pedirte perdón por el tiempo perdido, por el dinero mal gastado, por la palabra inútil y el amor desperdiciado.

Perdón por las obras vacías y por el trabajo mal hecho. Perdón por vivir sin entusiasmo. Por la oración que poco a poco fui aplazando y que hasta ahora no te había presentado. Por todos mis olvidos, descuidos y silencios.

Hoy te pido por mí y los míos la paz, la alegría, la fuerza y la prudencia, la claridad y la sabiduría.
Quiero vivir cada día con optimismo y bondad llevando a todas partes un corazón lleno de comprensión y paz.

Cierra mis oídos a toda falsedad y mis labios a palabras mentirosas, egoístas, mordaces o hirientes.

Abre mi ser a todo lo que es bueno, que mi espíritu se llene sólo de bendiciones y sea capaz de derramarlas a mi paso.

Lléname de bondad y de alegría para que cuantos conviven conmigo o se acerquen a mí encuentren en mi vida un poquito de Ti.

“Danos un año feliz y danos sabiduría para dar amor y paz” Bienvenido año 2015.

viernes, 19 de diciembre de 2014




EL TREN DE LA VIDA

Hace tiempo. Leí un libro que comparaba la vida con un viaje en tren. Una lectura extremadamente interesante, cuando es bien interpretada.

La vida no es más que un viaje en tren, repleto de embarques y desembarques, salpicada de accidentes, sorpresas agradables en algunos casos y de profundas tristezas en otros. Al nacer nos subimos al tren y nos encontramos con algunas personas, las cuales creemos que siempre estarán con nosotros en este viaje (nuestros padres).

Lamentablemente la verdad es otra. Ellos se bajarán en alguna estación dejándonos huérfanos de su cariño, amistad y su compañía irreemplazable.  No obstante, esto no impide que se suban otras personas que serán muy especiales para nosotros. Llegan nuestros hermanos, amigos y esos amores maravillosos.

De las personas que toman este tren, habrá también los que lo hagan como un simple paseo. Otros encontrarán solamente tristeza en el viaje. Y habrá otros que, circulando por el tren, estarán siempre listos en ayudar a quien lo necesite. Muchos al bajar, dejarán una añoranza permanente. Otros pasarán desapercibidos, que ni siquiera nos daremos cuenta que desocuparon el asiento.

Es curioso que algunos pasajeros, quienes nos son más queridos, se acomoden en vagones distintos al nuestro. Por lo tanto, se nos obliga hacer el trayecto separados de ellos. Desde luego, no se nos impide que durante el viaje, recorramos con dificultad nuestro vagón y lleguemos a ellos. Pero lamentablemente, ya no podremos sentarnos a su lado pues habrá otra persona ocupando el asiento. No importa; el viaje se hace de este modo: lleno de desafíos, sueños, fantasías, esperas y despedidas… Pero nunca habrá regresos.

Entonces hagamos este viaje de la mejor manera posible. Tratemos de relacionarnos bien con todos los pasajeros, buscando en cada uno lo mejor de ellos. Recordemos siempre que en algún momento del trayecto, ellos podrán titubear y probablemente precisaremos entenderlos. Nosotros también titubearemos y habrá alguien que nos comprenda.El gran misterio, al fin, es que no sabremos jamás en qué estación bajaremos y mucho menos dónde bajarán nuestros compañeros, ni siquiera el que está sentado en el asiento de al lado.

Me quedo pensando si cuando baje del tren, sentiré nostalgia… creo que sí.  Separarme de algunos amigos de los que hice en el viaje será doloroso. Dejar que mis hijos sigan solos, será muy triste. Pero me aferro a la esperanza de que, en algún momento, llegaré a la estación principal y tendré la gran emoción de verlos llegar con un equipaje que no tenían cuando embarcaron. Lo que me hará feliz, será pensar que colaboré con que el equipaje creciera y se hiciera valioso.

Enseñanza.- hagamos que nuestra estancia en este tren sea tranquila y que haya valido la pena. Hagamos tanto, para que cuando llegue el momento de desembarcar, nuestro asiento vacío, deje añoranza y lindos recuerdos a los que permanezcan en el viaje. A ti, que eres parte de mi tren, te deseo un excelente… ¡¡¡Feliz viaje!!!.

viernes, 12 de diciembre de 2014



Una Decisión rápida

En una oportunidad, se formó una expedición para dar la vuelta al mundo en un globo aerostático. El viaje era placentero e inspirador. Ellos podían observar los maravillosos cambios orográficos y climáticos. Sin embargo, a la mitad de la expedición, quedaron atrapados en un cúmulo de nubes a 6000 metros de altura. 

Esta nube era tan espesa que rápidamente cubrió de escarcha al globo. El día era nublado, el globo estaba saturado de escarcha y además, estaban descendiendo vertiginosamente. Ellos debían tomar una rápida decisión, de lo contrario, sucedería una tragedia.

Pronto, acordaron que debían aligerar la nave. Primeramente se deshicieron de los libros. Luego tiraron el equipaje. Finalmente tuvieron que arrojar el equipo fotográfico, las cámaras de vídeo y todos los objetos personales. Lentamente el globo comenzó a ascender, salieron del banco de nubes y pudieron recibir la luz del sol, que en cuestión de minutos, derritió la escarcha del globo.

Este suceso me recuerda a la vida humana. Muchas veces nuestra vida comienza a tener un descenso vertiginoso. El globo de nuestra vida está tan cargado de responsabilidades, reuniones y vida social; que finalmente terminará destruyendo al matrimonio y a los hijos. Las muchas ocupaciones también terminarán destruyendo nuestra vida espiritual.


Enseñanza.- !Debes tomar una rápida decisión! Saca de tu vida todo aquello que te roba el tiempo de tu familia. Arroja hacia fuera, aquellas actividades que te quitan el tiempo que debes utilizar para encontrar tu camino.

viernes, 5 de diciembre de 2014




Gracias, por hacer la diferencia...!!!

Esta semana me llego un correo muy bonito y quería compartirlo con cada uno de ustedes. Como muestra de mi gratitud decidí regalarte personalmente esta cinta púrpura y aquí te la envío con la narración de la historia, para que puedas leerla y te tomes unos minutos para reflexionar, Gracias por hacer la Diferencia en mi vida…!!!
 
Un maestro Zen tenía la costumbre al final del año de enseñanza regalar a cada uno de sus alumnos una cinta púrpura que contenía las palabras:
 
"Espero haber hecho la diferencia" impresas en delicada letras de color oro.
 
Cuando él entregaba personalmente la cinta a cada estudiante, le explicaba en qué forma específica había contribuido a que esa clase fuera mejor. Para cada joven tenía algo sincero y único.
 
Un día se le ocurrió al maestro observar que impacto tenía esa costumbre en la comunidad.
Para eso, decidió darle a cada estudiante tres cintas en vez de una, y le dijo a cada alumno que entregara las otras dos cintas a las personas que en su opinión habían hecho la diferencia en sus vidas. Les dijo también a sus alumnos que al entregar la cinta le dijeran a la persona por qué se la regalaban y en qué forma el elegido había hecho la diferencia en su vida.
 
Después de esto los estudiantes debían reportar en la clase cómo había sido la experiencia para cada uno. Uno de los estudiantes que tenía un trabajo por horas en un restaurante le dio una cinta a su jefe, quien era un hombre descuidado, que difícilmente apreciaría el honor. Este estudiante le dijo a su jefe: Yo admiro y agradezco todo lo que usted ha hecho por mí y continuó: yo creo que usted es extraordinariamente creativo y además es una persona muy justa y generosa,
  
¿Me permitiría ponerle esta cinta púrpura en su chaqueta, como un símbolo de mi gratitud y mi aprecio hacia usted? El jefe del muchacho se sorprendió un poco, pero agradecido aceptó: Claro, dijo éste ¿por qué no? Además, dijo el estudiante, le voy a entregar estas cintas, para que usted las comparta de la misma manera, con quienes hicieron la diferencia en su vida, como yo lo hice con usted.
  
Esto es parte de una tarea que nos encomendó mi maestro zen. Muy bien, Le respondió el jefe. Esa noche el jefe regreso a su casa luciendo la cinta púrpura en su chaqueta, saludó a su hijo de 14 años y le contó: Algo extraño me ocurrió hoy. Uno de mis empleados me regaló esta cinta. Mira lo que está escrito en ella.
 
  "Tú hiciste la diferencia" decían las letras de color oro.
 
 
Además, continuó el padre, el me dio otra cinta para compartir con alguien que para mí ha hecho la diferencia, con alguien muy especial, que significa mucho para mí. Hijo, siguió diciendo el padre con calidez, hoy ha sido un día muy difícil para mí, pero en el camino a casa me dije a mí mismo que si hay una persona en mi vida a quien le daría esta cinta es a ti.
 
Yo sé que muchas veces soy duro contigo porque no te va bien en la escuela, porque tu cuarto es un caos, porque me contestas en formas desagradables, pero hijo mío... El padre hizo una pausa, bajó la voz y puso su mano en el hombro del muchacho, solo quiero decirte que tú y tu mama, hacen toda la diferencia en mi vida y me gustaría que aceptes esta cinta, como un símbolo de mi amor hacia ti.
 
Yo se que debería decirte con más frecuencia lo que representas en mi vida, pero te amo y me siento muy orgulloso de ti tal como eres, Eres un muchacho maravilloso". Tan pronto el padre dejo de hablar, el hijo se soltó en un ataque de llanto, el padre lo abrazó en forma acogedora, mientras acariciaba la cabeza del muchacho, para tranquilizarlo. Perdóname hijo, ¿hice algo mal?
 
No papá, contestó el joven, yo había decidido suicidarme mañana, yo quería matarme porque yo estaba seguro de que yo no te gustaba a pesar de que yo hacia lo posible para agradarte... pero papá, perdóname. Todo ha cambiado ahora."
 
Tú también puedes hacer la diferencia, crea hoy en tu mente pensamientos y emociones positivas. Notaras la diferencia 
 
Comparte este historia con las personas que para ti han hecho la diferencia en tu vida, y dile lo mucho que lo valoras y lo importante que son para tu vida.