La planta carnívora y el carnicero
Flora era una planta carnívora, pero carnívora
de verdad, que vivía en un supermercado junto al puesto de Paco, su gran
amigo carnicero. Paco la trataba con cariño y atención y siempre tenía algún
trocito de carne que darle al final de cada día. Pero un día, Flora no recibió
su ración de carne, y al día siguiente tampoco, y empezó a preocuparse tanto,
que decidió espiar a Paco.
Así fue como descubrió que el carnicero no le
daba nada de carne porque guardaba grandes trozos en una gran caja amarilla.
Haciéndose la despistada, Flora llegó a pedirle un poco de aquella comida
guardada en la caja, pero Paco respondió muy severo que no, y añadió:
¡Ni se te ocurra, Flora! No se te ocurra
tocar la carne de esa caja. La planta se sintió dolida, además de
hambrienta, y no dejaba de pensar para quién podría estar reservando el
carnicero aquellas delicias. Con sus malos pensamientos se fue llenando de
rabia y de ira, y aquella misma noche, cuando no quedaba nadie en la
tienda, llegó a la caja, la abrió, y comió carne hasta ponerse morada...
A la mañana siguiente, justo cuando llegó
Paco para descubrir el robo, Flora comenzó a sentirse fatal. Su amigo le
preguntó varias veces si había sido ella quien había cogido la carne, y aunque
comenzó negándolo, viendo la preocupación y el nerviosismo del carnicero,
decidió confesar.
¿Pero qué has hecho, imprudente? estalló
Paco ¡¡Te dije que no la tocaras!! ¡Toda esa carne estaba envenenada!! Por eso
llevo días sin poder darte apenas nada, porque nos enviaron un cargamento
estropeado...
A la carrera, tuvieron que ir a buscar un quimijardioveterinario
con un invernadero-hospital que pudo por poco salvar la vida de Flora, quien se
pasó con grandes dolores de raíces y cambios de colores en las hojas durante
las siguientes dos semanas. El susto fue tanto para todos, pero al menos la
planta aprendió que obedecer las normas puestas por quienes más nos quieren, es
mucho más seguro que obrar por nuestra cuenta sin más.
Enseñanza.- Detrás de todas las órdenes dadas
por quienes más nos quieren siempre está la intención de ayudarnos y protegernos,
aunque pueda parecernos que no es así.
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